Todos podemos (probablemente) estar de acuerdo en que los perros y los gatos tienen personalidades distintivas, pero sería difícil encontrar a alguien que haga el mismo argumento para los peces. Pero un nuevo estudio sugiere (pdf) que nuestros pequeños amigos con aletas pueden tener personas más complejas de lo que se creía anteriormente.
Investigadores de la Universidad de Exeter observaron cómo el comportamiento en los guppies de Trinidad, un tema común de investigación con animales, difería en función de su evaluación individual del riesgo. ¿Algunos guppies individuales se parecen más a los pilotos de traje de ala de piscine, mientras que otros prefieren un estilo de vida más tranquilo? La respuesta parece ser sí.
Los científicos tomaron un ave rapaz de plástico e hicieron que pareciera asomarse sobre el tanque individual de cada gupis. En diferentes intervalos, la cabeza falsa del pájaro de plástico se dejó caer en el agua, simulando la depredación, y haciendo que cada pez creyera que estaba en peligro. Luego, los investigadores observaron el comportamiento de los guppies durante un mes, midiendo cuánto tiempo después del estresor cada guppy se escondía o mostraban un comportamiento reservado. Los resultados mostraron que algunos peces tendían naturalmente hacia la cobardía, mientras que otros se comportaban de una manera que los humanos podríamos llamar "valiente".
"Cuando nos ubicamos en un entorno desconocido, descubrimos que los guppies tienen varias estrategias para hacer frente a esta situación estresante", dice Thomas M. Houslay, ecólogo evolutivo de Exeter e investigador principal del artículo. "Muchos intentan esconderse, otros intentan escapar, algunos exploran con cautela, etc. Las diferencias entre ellos fueron constantes a lo largo del tiempo y en diferentes situaciones".
Para una especie cuyos individuos parecen (para nosotros los humanos) ser casi idénticos, esa fue una pequeña revelación para los investigadores.
La siguiente pregunta que les gustaría responder es si, a través de estudios de ADN, pueden determinar si existe una base genética para este tipo de comportamiento. Si es así, los resultados podrían apuntar a genes similares en otros animales, incluidos los humanos.
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